Reflexión no. 8: Arquitectura sin arquitectos
15.10.2020 por Daniela C. Ramos Carmenatty
Uno de los padres de la Arquitectura Moderna Latinoamericana, Luis Barragán, decía que “Debemos buscar que los jardines sean casas y las casas sean jardines”. Para el Maestro, el jardín era un refugio en donde la agresividad y las preocupaciones del mundo contemporáneo desaparecían y abrían camino a sensaciones que solo la naturaleza es capaz de emanar. Esta filosofía, que plantea al jardín como idea tipológica, sin duda alguna, se convirtió en protagonista para sus aprendices y precursores del Modernismo; reflejando un interés por la conexión de espacios con la naturaleza. Esto lo podemos identificar en la Casa Sert en Massachussets y en la Casa Schindler en California, donde sus respectivos diseñadores crearon experiencias espaciales utilizando el patio como hilo conductor de sus obras maestras.
En estas composiciones es evidente la sencillez y el minimalismo que caracteriza a sus maestros, Le Corbusier y Frank Lloyd Wright. Sin embargo, Josep Sert y Rudolph Schindler fueron capaces de copiar y variar las ideas de sus mentores hasta crear sus propias composiciones en donde las palabras del arquitecto mexicano tomaron forma y se implementaron en la arquitectura. Por ejemplo, en la Casa Sert de Cambridge, el arquitecto utiliza como referente, los cinco puntos de la arquitectura propuestos por su Maestro, Le Corbusier.
En ella se ve la planta libre y la circulación ininterrumpida comunicando sus espacios a través de los 3 jardines que la definen como la casa patio.
Estas áreas verdes ayudaron a definir el programa de acuerdo con las funciones y proporciones de espacio, creando 3 variaciones de patio que permiten crear efectos sensoriales por la relación interior y exterior. El primero, es un patio central que divide dos caminos: el espacio público del privado. El segundo, se convierte en un área de estar y, el tercero un patio exclusivo con acceso a dormitorios. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Sert no pensaba esta casa como una independiente, sino que, al igual que Eames, se concebía como una pieza modular y repetible capaz de convertirse en un complejo de residencias.
Por lo tanto, con estos referentes arquitectónicos puedo concluir que el patio es un área de encuentro y conexiones. Es un espacio mágico en donde no solo los usuarios somos capaces de refugiarnos en su deleite, sino que la arquitectura misma toma un respiro en medio del intercambio entre lo construido y lo natural. Ahora quedo más convencida de que es una pieza clave y, por su puesto, imprescindible en un proyecto arquitectónico. Sin lugar a duda, el patio puede llegar a ser arquitectura sin arquitectos.
Referencias: